Para cultivar plantas comestibles en tu cocina, elige variedades que se adapten bien a espacios pequeños. Asegúrate de que reciban suficiente luz, colocando las macetas cerca de una ventana soleada. Estas plantas no solo mejoran el sabor de tus platillos, sino que también aportan un toque verde a tu cocina.
A continuación, te presentamos 5 plantas comestible que puedes cultivar fácilmente en tu cocina y con un mantenimiento mínimo:
1. Albahaca
La albahaca es una de las hierbas más populares en la cocina y muy fácil de cultivar. Solo necesitas una maceta pequeña con buen drenaje, luz solar directa y un riego moderado. Crece rápidamente y puedes cosechar constantemente. Es ideal para agregar sabor fresco a salsas, ensaladas o pizzas.
2. Cebollines
Los cebollines son perfectos para espacios pequeños y se pueden cultivar fácilmente en una maceta en la ventana de tu cocina. Solo necesitas un poco de agua y luz indirecta. Puedes cortar los tallos cuando los necesites y seguirán creciendo, por lo que tendrás cebollines frescos durante semanas.
3. Menta
La menta es una planta resistente que se adapta muy bien a los interiores. Prefiere luz indirecta y un suelo ligeramente húmedo. Su crecimiento es rápido y puedes disfrutar de hojas frescas para infusiones, postres y cócteles. Puede extenderse rápidamente, así que debes mantenerla controlada en una maceta.
4. Romero
El romero no solo es una planta aromática deliciosa, también es fácil de cuidar. Requiere un ambiente cálido y soleado, así como una maceta con buen drenaje. Es ideal para cocinar carnes, sopas y salsas. Aunque su crecimiento es más lento que otras hierbas, es muy resistente y no necesita mucho riego.
5. Lechuga
La lechuga es una de las hortalizas más fáciles de cultivar en interiores. Prefiere temperaturas frescas y un lugar con luz indirecta. Puedes sembrar las semillas en una maceta o recipiente profundo y cosechar las hojas a medida que crecen. La lechuga es ideal para ensaladas frescas y saludables.
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Consejo adicional:
Usa macetas con buen drenaje y no sobrealimentes tus plantas. Riega solo cuando la tierra esté seca al tacto y recorta las hojas para estimular el crecimiento. Así, disfrutarás de hierbas frescas sin complicarte.
